sábado, 10 de agosto de 2013

Nadar correctamente

    El cuerpo humano no fue diseñado para nadar. Cuando alguien cae al río, al mar o a una piscina su instinto le dice que levante la cabeza y dé manotazos en el agua y arrastre su pesado y no hidrodinámico cuerpo hacia la orilla. La persona que no domina el medio acuático, la mayoría, jamás pensaría que sumergiendo su cabeza y tronco con más fuerza hacia abajo y hacia delante es la mejor forma de mantener su cuerpo horizontal y reducir la resistencia al avance. Esto hay que aprenderlo y además no es un aprendizaje intuitivo, porque como ya he dicho, nuestro cuerpo no está diseñado como el de los peces para desplazarse de manera eficiente sobre el medio acuático. Correr o saltar, si bien tienen una técnica correcta si lo que se quiere es ser el más veloz, son actividades más intuitivas para las que nuestro cuerpo si está programado o al menos, su diseño permite que los individuos puedan de algún modo ser autodidactas.  

    Para el correcto aprendizaje de la natación es importante entender como interacciona nuestro cuerpo con el agua. En este blog explicaré a que resistencias se ve sometido tu cuerpo en el agua y como minimizar sus efectos, qué postura es la correcta para permitir que avances con fluidez y que ejercicios y rutinas has de seguir para convertirte en un/a nadador/a eficaz.

    Creo que no es difícil responderse quien resulta más eficaz y hace menos gasto energético, un carguero o un velero de la Copa América. Evidentemente, el segundo es más eficaz y utilizando muchísimos menos vatios de potencia se desplaza con mayor velocidad y fluidez que cualquier barco de quilla ancha. Los veleros diseñados para grandes regatas basan su eficacia en que su quilla es estrecha, es decir luchan en diseño para vencer la mayor de las resistencias a las que nos vemos sometidos en el medio acuático, la resistencia de forma.

    Llamamos resistencia de forma a la que resulta a causa de la forma del objeto que se mueve por ella. Aprender a nadar significa, entre otras cosas, aprender a reducir la superficie frontal del cuerpo en su desplazamiento. Esto significa que mientras nadamos, debemos tener el cuerpo siempre equilibrado y tan cerca de la superficie como sea posible, además de mantenerlo alargado y estrecho. También significa eliminar los movimientos innecesarios. Cuando estás perfectamente perfilado, cualquier movimiento que hagas aumentará la resistencia de forma, por lo que debes evitar todos aquellos que no sean los mínimos necesarios para impulsarte.

    La resistencia de oleaje es el resultado de crear una estela. Para que el cuerpo se pueda mover hacia delante a través de la superficie del agua debe quitar ésta de en medio. Cuando se hace se crea una ola que se aleja del cuerpo. Si abrimos un camino más ancho por la superficie, el agua debe empujarse más lejos y más deprisa para apartarla, lo que produce una ola mayor. Cuanto más grande sea esta ola, más energía desperdiciará el nadador en el agua. En el estilo libre, que es el más eficiente de los estilos de natación, lo que se intenta es abrir un camino estrecho a través de la superficie maximizando el tiempo que se pasa sobre los laterales del cuerpo en lugar de sobre el vientre.

    La resistencia de superficie es la provocada por la fuerza de fricción de un cuerpo en movimiento en el agua. No podemos reducir esta resistencia con la técnica de nado pero si podemos hacerlo con bañadores más técnicos, gorros o afeitando nuestro cuerpo para minimizar la superficie de fricción.

    Utiliza tus sentidos para comprobar los lugares de tu cuerpo donde estés luchando contra el agua. Escucha cualquier sonido de chapoteo o golpeteo y procura eliminarlo y no avanzar como si fueras un buldócer. Busca burbujas grandes o abundantes a tu alrededor. Son una señal segura de que estás provocando turbulencias.

    El trabajo técnico que te presento en este blog te ayudará a reducir o eliminar estos indicadores de fricción y, con ello, dejar de desperdiciar tu energía.

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